La cena de hoy era otra pequeña excepción, ya que no suelo hacer cenas para solo dos personas. Pero era el cumpleaños de Carlos y su aniversario con Pilar. Pilar había intentado mantenerlo en secreto, pero al final Carlos terminó enterándose. Pilar dejo completamente en mis manos la elección de los platos que degustarían en la cena.
Al llegar me recibió Onyx, su perra, con una buena sesión de ladridos, pero ya se sabe que «Perro ladrador…» Cuando se calmó un poco, comencé a preparar la cena. Lo primero era lavar y cocer el arroz, marinar el atún, cocer y pelar unos gambones, preparar las brochetas y preparar la ensalada. Cuando Carlos volvió de pasear a Onyx, comencé a servirles la cena… Carlos me avisó que me estaría preguntado todo el rato sobre los platos que les fuera a servir… y como yo estoy encantado de que me pregunten cosas y poder hacer que entiendan o comprendan un poco más la comida japonesa, le contesté que por mi parte estaría encantado.
Antes de comenzar, Carlos probó el Wasabi… ¡Comiéndose un adorno en forma de hojita entero!, incluso los ojos se le pusieron totalmente colorados…
Primero servimos el atún marinado en salsa de soja, sake y sésamo junto con la ensalada de aguacate con gambón cocido, salmón ahumado y huevas, todo regado con zumo de lima…
Prácticamente a la vez les ofrecí las almejas al vapor con Sake y jengibre… Regadas con el caldo de la cocción, quedan muy muy sabrosas…
Continué con unas piezas de piña en Tempura con jamón de Teruel, prescindiendo, como durante casi toda la cena de poner picante, ya que Pilar es bastante sensible a los sabores picantes. Acompañaban a la piña unos gambones, también en Tempura…
El siguiente plato no estaba previsto en el menú, pero decidí incorporarlo como sorpresa, ya que lo había hecho por primera vez, para mi cena, la noche anterior y quedé encantado con el sabor que aportaba la salsa. Basado en una receta de Ferran Adría , les presenté unas navajas Kyoto con una salsa elaborada con setas deshidratadas, jengibre, salsa de soja, cebollino y Sake. Las navajas al escaldarse solamente unos segundos, conservan toda su suavidad. Una vez que desaparecieron del plato, el estupendo sabor de la salsa, hizo que Pilar y Carlos, terminaran mojando la salsa…
A continuación, les preparé el primero de los platos basados en Sushi, haciendo un Maki de bacalao ahumado con mermelada de frambuesa, envuelto en alga y cubierto con salsa alioli flameada… Rápidamente desaparecieron de la bandeja.
Era el turno de un «clásico»: Yakitori de contra-muslo de pollo con pimiento verde y cebolla. Les sorprendió el punto dulce de la salsa… Los brotes de rabanitos que acompañaban a la guarnición de brotes de lechuga roja, rúcula y canónigos, sorprendieron a Pilar por su ligero toque de «sabor a champiñon»…
Pilar comenzó a dar señales de estar comenzando a sentirse llena, así que decidimos pasar directamente al postre. Gelatina de Sake con fresas, completado con un trozo de pastel de chocolate que ellos aportaron, y que me invitaron a compartir con ellos en la mesa junto con una copita de champán.
Dado que ya se daban por satisfechos a pesar de que quedaban un par de clases de Sushi por hacer, decidimos dar por finalizada la cena. Yo decidí preparar un poco de Chirashi Zushi o Sushi «suelto» en el que el arroz se presenta en un bol, en lugar de la tradicional bolita o rollo… Mezclado con salmón ahumado, jengibre fresco finamente picado y sésamo, era una solución estupenda para aprovechar el arroz que había sobrado… Además, así Carlos tenía solucionado uno de los platos de la comida del día siguiente.
A lo largo de la cena Onyx no se perdió detalle de todo lo que estaba cocinando…
Tanto Pilar como Carlos quedaron encantados con la cena. Yo disfruté de una buena conversación mientras se la preparaba y servía. El haber hecho que por un ratito pudieran disfrutar de mi comida, siempre hace que me sienta muy bien al terminar mi trabajo. Gracias por contar conmigo para celebrar un día tan especial y por confiar en mi criterio para la elección del menú. Ha sido un placer trabajar para vosotros .